ADOLESCENCIA MISIONERA:
Con el programa de Adolescencia Misionera, queremos que los adolescentes continúen su formación iniciada en la Infancia Misionera y se preparen para la Juventud Misionera.
¿QUÉ SE PROPONE?
Ofrecer un espacio para que nuestros adolescentes desarrollen y aprovechen sus aptitudes, su entusiasmo y sus valores con miras a la Evangelización de la Familia, el colegio, la Parroquia y el ambiente.
Objetivos:
1. Continuar la formación apostólica, iniciada en la Infancia Misionera
2. Responder a las inquietudes y necesidades propias de su edad
2. Responder a las inquietudes y necesidades propias de su edad
3. Ofrecer un ambiente acogedor en la Iglesia para que se desarrollen integralmente y participen en ella activamente.
4. Dar apertura misionera a la educación cristiana de los adolescentes
5. Orientarlos para que descubran los caminos que les permita realizarse como persona.
El
Saludo:
Los niños y adolescentes misioneros usan un saludo muy especial: Quien
dirige el saludo dice con voz fuerte: "De los niños/adolescentes del
mundo..." y quien recibe el saludo responde: "siempre amigos!". Cada uno levanta la mano derecha a la altura de la cabeza. Los cinco dedos
representan los cinco continentes. Luego la entrelaza con el compañero formando
una cadena de amor y paz.
La pañoleta
es la tercera y última insignia oficial que el niño, adolescente o animador
recibe, y con ella realiza su consagración a la misión en y desde
la Obra de la IAM.
Se entrega a quien:
·
Ha perseverando en su proceso
formativo de su Escuela con Jesús, habiendo transcurrido al menos un año desde
la entrega del escudo.
·
Asume un compromiso constante en
la Obra de la IAM, asumiendo así el compromiso con la Misión Universal de la
Iglesia.
·
Se esfuerza por vivir con un
corazón abierto y sin fronteras, sintiéndose hermano universal de todos los
niños y adolescentes del mundo.
·
Decide libremente realizar su
consagración con la Obra de la IAM.
Este paso que los niños, adolescentes y
animadores realizan es su proceso formativo es muy importante, viviendo la
misión al estilo de Jesús; por ello, junto a la pañoleta, acompaña su entrega la
Cruz de la IAM, que nos recuerda la misión universal de la
Iglesia y nuestro verdadero estilo de vida misionero de imitar y configurarnos
con Jesús, el Misionero del Padre.
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